Kco, Luna en Cáncer

Recapitulando lo que hasta ahora ha ido saliendo sobre su carta, Kco es un Leo muy Leo, impulsivo, divo, dramático y con un mínimo de sensatez para enfrentar la vida diaria. Es cabezota y terco como un toro. Le falta aire, o sea, racionalidad pura y dura, y capacidad de comunicación y expresión, que nadie lo diría porque su Mercurio en Leo, brilla y convence cuando expone algún pensamiento. El problema está cuando quiere explicarse así mismo y no puede. Pero es que la Luna en Cáncer es un lío y un laberinto emocional nada fácil de dominar.

La Luna rige a Cáncer, por tanto en esta posición el simbolismo lunar se manifiesta y fluye a sus anchas. La influencia de la figura materna es total. La mami de Kco es la mejor mami del mundo mundial. Bueno la mami de Kco y Julián, que ambos tienen el mismo Asc. en Cáncer y están bastante “enmadraos”. Kco mucho más que Julián. Está Luna también aporta “feminidad”. Che, que nadie se sienta herido en su viril ego que no hablo de sexo. Al decir “feminidad”, me refiero a una serie de atributos universales que se consideran femeninos, lo mismo que hay otros que se consideran “masculinos”. La Luna en Cáncer otorga una cantidad ingente de sensibilidad y emotividad, que por motivos culturales parece que los hombres no se pueden permitir. Esta sensibilidad acompañará a Kco de por vida y es vital que la reconozca y negocie con ella. Ni dejarse dominar ni amputarla, simplemente tratar de alejarse de sí mismo y ver el panorama en la distancia. Casi ná, para alguien tan instintivo.

Como su Asc. también es Cangrejo, me atrevo a afirmar que Kco fue un niño bueno, tremendamente mimoso y dependiente. Lo de mimoso es incurable y como es un maldito Gato, siempre se las ha apañado bien para que alguien escuche sus ronroneos y le acaricie la cabecita. Pero a pesar de que llamar la atención es algo que domina, con un Asc. en Cáncer, las cosas nunca son lo que parecen y si tiene la Luna también allí, ni siquiera el mismo sabe explicar que es lo que está pasando. Es bueno hacer o haber hecho terapia. Las Lunas en agua se ahogan en sí mismas y es necesaria una ayuda externa para comprenderse. Kco ha desarrollado desde bien niño, un mundo interior enorme y algo fantástico, al que es muy difícil acceder y que posiblemente se le ha ido de las manos en más de una ocasión. La Luna en Cáncer es un coleccionista avaricioso de recuerdos. Los recuerdos despiertan emociones. Las emociones las provocó una determinada persona o situación. Cuando la realidad y la natural evolución de las relaciones rompen el encanto, Kco se pone muy nervioso ante la inminente pérdida. No se da cuenta que es la simple idea de perder, de dejar marchar, a la que se tiene que enfrentar. La idealización se dispara y su visceralidad defiende con uñas y dientes su posesión. Como su discurso es brillante, convencerá en los primeros asaltos, pero por dentro la confusión campa a sus anchas. El orgullo y el sentimiento se mezclarán y al final terminará por perder el sentido de lo que está tratando de defender o proteger. Che, hay una frase de alguien que no recuerdo, que dice: “crecer es aprender a perder” y que pienso que ya te has dado cuenta de que es muy cierta.

La necesidad básica de una Luna en Cáncer, es la de crear familias, hogares, refugios con gente a quien querer y que le quieran. Kco es una madraza. Como es un fumeta impenitente, quizás no lo parezca pero que nadie dude que a todos los que os quiere os lleva a cuestas. Yo esto se lo noto fundamentalmente cuando habla de los viernes y de sus amigos. Esas reuniones siempre las imagino que se celebran en casa de Kco, que como buen Leo es un gran anfitrión y su maternal Luna se ocupará de que no falten ni humos ni bebidas a nadie.


La Luna de Kco está en la Casa I y ya en otros posteos me he referido a la tremenda empatía que esta posición otorga, y que suele ser directamente proporcional al empeño con que el nativo trata de disimularla. Esto quizás se le note más a Julián. No hay que olvidar que la aspiración básica de un Leo es ser el protagonista absoluto, para ello uno no puede ser demasiado esquivo. Kco tiene que bregar con su afán de estar en el medio y su recelo a dejar entrar en su mundo a un extraño. Las preguntas directas no le gustan nada. Con Kco funciona muy bien la intuición y leer entrelíneas, cosa nada fácil, requiere una paciencia y capacidad de observación que no todo el mundo tiene. Así que no te quejes mucho que no lo pones nada fácil.

La Luna de Kco hace un sextil a Venus. Es un aspecto positivo y que fundamentalmente lo que hace, es aumentar la locura cangreja de eternizar sus afectos. Kco construye para que dure. Sus amigos serán los de toda la vida. Sus relaciones sentimentales las inicia convencido de que van a durar hasta el fin de los tiempos. No me extrañaría que hubiera tenido pocas novias. Me refiero a relaciones largas o formales. Es serio en sus afectos y muy detallista.

Y creo que aquí aparece la primera cuadratura en la carta de Kco. Plutón en Libra cuadra a su Luna en Cáncer. Plutón exprime e intensifica todo, pero lo hace en nombre de la evolución y el cambio. Una parte (Plutón) quiere hacer más grande su mundo, vivir sin ataduras, dejarse fluir y tomarse todo a la ligera; la otra parte (Luna) se pone histérica, tiene miedo que si no ata en corto se le escape lo que tiene. Oscilará como un péndulo de un extremo a otro, sin encontrar satisfacción o solución. Pero las cuadraturas funcionan así, nunca se está a gusto con lo elegido.

Resumiendo, el reto de las Lunas en agua, es aprender a manejar sus deseos. Comprender que lo más fácil es que nuestras expectativas no se logren y ni forzar ni culpabilizar a nadie por ello. El ser humano es así y por muy sublimes que sean los ideales que nos mueven, son eso, ideales y la práctica de los mismos es muy difícil. Si fuera fácil no lo llamaríamos “ideales”. El reto para la Luna en Cáncer, es superar el pasado. Así sin más. Dejar de recrearse en lo bonito y dejar de suspirar mirando el papel de la chocolatina. No estropear lo bueno por exceso de masoquismo. El mundo es un lugar hostil y no va a mejorar porque nosotros suframos por ello. Y abrir un poco más el refugio. No tener tanto miedo a la invasión del otro, cosa que en el fondo se desea que ocurra, compartir un poco más ese basto y genial mundo interior, que es el que te distingue de los demás.