[1ro. de Julio de 1997]

1997. Con 21 inviernos encima estaba imbuido en la burocracia que implicaban mis primeros pasos en el ámbito de los negocios cuando me topé con la astrología.

La tarea era simple, coordinar la cita con el notario a fin de constituir una sociedad y así lo hice. Los cuerpos celestes se pusieron en evidencia cuando le transmití a quien habría de ser mi socio la concebida fecha y hora del acto en cuestión. Sin mayor prólogo ni tecnicismos cósmicos me dijo que no era momento adecuado para gestionar una efeméride. Con el positivismo que me caracterizaba y que los inviernos erosionaron estuve a punto de mandarlo a cagar. Solo el afectus societatis me hizo pensar en la posibilidad de cambiar la cita. Resultaba ser que la ventana del 1º de Julio de 1997 entre las 10 y las 11 horas de la mañana en Buenos Aires era la adecuada para la prosperidad mercantil ansiada.

No sin innumerables devaneos marqué los 7 números que me separaban de la notaría, y como quien no quiere la cosa, distraídamente plantee el cambio de agenda. La secretaría me informó que la escribana tenía un compromiso en ese horario. Los astros se me caían encima; mi futuro ex socio no aceptaría un no como respuesta ni tendría los huevos suficientes para llamar él mismo. No tuve más remedio que apelar a la verdad superando mi vergüenza. Reiteré el llamado e invoque a la escribana; lisa y llanamente le expliqué que requeríamos cambiar la cita por cuestiones de órbitas celestes. No menor fue mi sorpresa antes las aclamaciones de la escribana. Resultó ser una aficionada a los testimonios astrales; inmediatamente accedió a cambiar sus compromisos previos y fue así que constituimos la empresa en la predestinada fecha.

Al poco tiempo compré a mi socio su difusa participación en el emprendimiento y no sin dificultades consolidé el emprendimiento. Dicha empresa es la que hoy cubre mis necesidades alimentarias, de albergue y amarrocamiento de vil metal. Regocijado en los frutos del comercio y la plusvalía agradezco en mi escepticismo a los astros.