sábado, 3 de enero de 2009

[mi amor por pepita...]

días atrás apliqué una buena dosis de fertilizante. como le decía hoy a agustín: equilibrado en nitrógeno, potasio y fósforo. de yapa, también algunos quelatados: magnesio, boro, manganeso. hay que ver el vigor con el que se dio al crecimiento luego de la aplicación. si pudiera mostrarles fotos de lo débil que estaba... lo pálida...

por eso una vez que acabé con el problema del crecimiento me entregué a lo pendiente: las plagas. como todos los males, más vale erradicarlos de movida, antes de que ganen derecho de ciudadanía. no sirve de nada callar la aprensión que me invadió cuando preparaba el veneno. exageré las medidas de seguridad y rocié con vehemencia el follaje. imaginé a las plagas retorciéndose en su maldito mundo microscópico.

lo sé con seguridad y puedo afirmarlo: soy un botánico.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Kco,

Es mejor ser un botánico que comprar pepa de mala calidad a un dealer que seguro terminará matando o muerto por conservar su negocio.

Mientras sea negocio para ellos mucha gente en mi país seguirá muriendo cada hora, y en el resto del continente no me quiero ni imaginar. Así que enhorabuena por tu nueva vocación profesional.

Ic

Anónimo dijo...

Fumeta, ma´que botánico!

Sk dijo...

Uf, Botánico...

Botánica...

Viva la Flora.