miércoles, 28 de enero de 2009

Así como todos los océanos son un solo océano, así también el hombre y la Tierra, son un solo ser. El destino de uno es el del otro. La gracia de la Tierra ha sido también la gracia del hombre. De igual modo, la desgracia de la Tierra y su agonía son nuestra desgracia y agonía. Somos también lo que le sucede a nuestro entorno. Nuestro cuerpo real incluye lo que excede nuestra piel. Así, lo ajeno se revela como propio.

Santiago Kovadloff y Alfredo Lichter

9 comentarios:

n., dijo...

Este fragmento me gusta mucho.

Sk dijo...

Es muy bonito. Deberíamos volver al paganismo.

Sk dijo...

Me siento terriblemente cansada y no he hecho nada.

Julián dijo...

Muy bueno.

Iconoclastia dijo...

"Es muy bonito. Deberíamos volver al paganismo."

Coincido pero sin organizaciones paganas de por medio :)

Humana condición dijo...

Me gusto mucho el fragmento

Saludos

Anónimo dijo...

A mí también...

-la chupamedias-

Julián dijo...

Pero qué chupamedias!

n., dijo...

Gracias a todos, gente.