jueves, 28 de febrero de 2008

A los pobres, ¡matémoslos a palos!

Charles Baudelaire fue un poeta francés. Un poeta "maldito". Además de "Las flores del mal", su gran obra maestra, escribió una serie de textos en prosa entre los que se encuentra aquel que da título a esta entrada.
En ese texto narra un episodio en el que un mendigo le tiende el sombrero para que le arroje una limosna, dirigiéndole la mirada más lastimera que pudiera ensayar. Baudelaire, quien no comulgaba con las ideas socialistas de la igualdad como derecho natural, oye para sus adentros las siguientes palabras: "Sólo es igual de otro quien lo demuestra, y sólo es digno de la libertad el que sabe conquistarla."
Al oír estas palabras se avalanza sobre el mendigo y lo golpea con toda su fuerza, volteándolo, pegándole en el piso y golpeándolo con un tronco. Auqnue el mendigo, vaya maravilla, se repone y cobra una energía inusitada que la emplea en golpear a su agresor hasta dejarlo tendido en el suelo, con los pómulos hinchados y cuatro dientes rotos.
Baudelaire confirma su teoría. "Sólo es mi igual quien lo demuestra y sólo es digno de la libertad quien sabe conquistarla˝. Sabe que le ha devuelto el orgullo y la vida a ese vagabundo.
Con esfuerzo se levanta y le dice: "Señor, es ahora usted mi igual. ¿Quiere compartir mi bolsa?" Y le hace comprender la teoría que había tenido el dolor de comprobar.
Le pide, también, que aplique la misma acción cada vez que se encuentre en similar situación, convirtiendo así a los demás en seres dignos.
Me pregunto, yo, si no vivimos hoy la antítesis de esa forma de pensar. ¿No es lástima lo que nos acerca a esos vagabundos? ¿No es ésta una manera de negarles dignidad? A su vez... ¿no replican estos vagabundos la misma matriz que les impide ser dignos de igualdad?

martes, 19 de febrero de 2008

Presentación

La democracia reina como forma de gobierno. Hoy eso no se discute (al menos en Occidente). Y si bien esta palabreja goza de la más alta estima, hay quienes vemos en ella la tiranía de las masas. Es decir, una tiranía basada en el número.
Internet (y en particular los blogs) son una buena manera de corregir esa desproporción, esa tendencia natural a callar la voz de las minorías en beneficio de las mayorías. Representa, de alguna manera, una verdadera democratización de todas las opiniones.
Con esa ilusión arranco este blog. Quiero decir de todo. Y que se diga de todo.
¡Bienvenidos!