jueves, 5 de febrero de 2009

. transformación .




17 comentarios:

n., dijo...

Hoy voy a volver a ese lugar, para sacar una mientras llueve.

Sk dijo...

La verdad qué ocurrencias tienes. Me haces sentir una zoqueta. Jamás se me ocurriría sacar una foto a la acera y mostrar lo mismo bajo distintas circunstanias.

n., dijo...

Es que el empedrado me parte el coco.

Ale dijo...

¡Si la auto estima viniese en píldoras y se vendiese como caramelos en los kioskos!

Ale dijo...

Perdón por mi impertinente comentario. Me voy a almorzar opíparamente...

n., dijo...

jajaja, y decime, Ale, ¿qué tiene de impertinente?

n., dijo...

Yo me voy a almorzar también. Después a caminar, antes de que pare la lluvia...

Loon dijo...

La segunda foto parece más joven que la primera.
Conclusión, la lluvia rejuvenece.

n., dijo...

Loon, yo que vos releo ;)

Julián dijo...

Muy linda la segunda.
Te digo la verdad? Cuando leí "transformación" pensé que en la segunda se venía el asfalto, sobre todo porque me acordé que el empedrado de tu cuadra había desaparecido.
En fin, menos mal.

n., dijo...

No tenés una idea de lo mucho que extraño salir y encontrarme con eso. Ahora solo existe en mi memoria. Es terrible. Cada vez que pienso en ello, me pongo a divagar sobre todas las cosas hermosas, destruídas por el hombre, que tendría que rememorar. Inmediatamente después, mi mente viaja aún más lejos, y se pregunta por qué es tan difícil ver la belleza en las cosas simples. La lluvia, las nubes, el Sol, la Luna, el viento, los árboles, las hojas, el silencio... ¿Por qué cuesta tanto ser feliz teniendo tan solo esas pequeñas cosas? ¿En qué nos transformamos? ¿Por qué se disfruta más estando frente a una computadora o frente al televisor, que observando la línea infinita del horizonte?
La raza humana ha olvidado de donde proviene. Los hilos que nos unen a la naturaleza se deterioran cada vez más, con el nacimiento de cada una de las nuevas generaciones. Ya no leemos el cielo para orientarnos ni olisqueamos el aire en busca de peligro. Muchos, la gran mayoría, caminan sin ver, creyendo estar disfrutando de la vida plenamente, mientras que en realidad, no son capaces de ver más allá de su objetivo. Así, pierden lo mejor de nuestra corta y pasajera existencia.
La vida es bella... ¿cuántas personas son capaces de ver eso?

n., dijo...

Y todo eso por un empedrado.
En fin.

Julián dijo...

Qué linda firma, eh?

n., dijo...

Me fui un poquiiito por las ramas =)

Julián dijo...

Sí, puede ser.
Pero a veces son lindas las ramas.

Anónimo dijo...

Ya lo creo.

Bob Marley

n., dijo...

Las ramas son una cosa espectacular. En todas sus formas.