Siempre los hubo, los hay y los habrá, y en cantidades parecidas. Igual, es difícil que un buen profesor se luzca en un secundario. En la adolescencia suele haber una actitud de querer forrear todo lo que huela a autoridad, y según mi experiencia, el colegio potencia ese tipo de comportamiento (por la conducta de grupo).
Yo sí he tenido profes para el recuerdo. La mayoría por lo malos, pero hay un par a los que les guardaré siempre un profundo respeto, cariño y admiración. (¡uy, qué solemne que suena!)
Interesante lo que dice J. Estoy bastante de acuerdo. Cuando estudiaba para ser profesora pensaba mucho en eso. Por suerte no es mi vocación, si no, ¿qué carajo habría hecho esta petisita culona para domar a los dragones?
De niña me pasaba la vida jugando a las maestras con mis muñecas. Todo el mundo daba por hecho que esa sería mi profesión. Yo no. Solo era mi juego favorito.
5 comentarios:
Siempre los hubo, los hay y los habrá, y en cantidades parecidas.
Igual, es difícil que un buen profesor se luzca en un secundario.
En la adolescencia suele haber una actitud de querer forrear todo lo que huela a autoridad, y según mi experiencia, el colegio potencia ese tipo de comportamiento (por la conducta de grupo).
Yo como soy tan, tan, tan no sé, pues ningún profesor me ha quedado en el recuerdo como bueno. Solo una "seño" de cuando tenía ocho años.
Yo sí he tenido profes para el recuerdo. La mayoría por lo malos, pero hay un par a los que les guardaré siempre un profundo respeto, cariño y admiración.
(¡uy, qué solemne que suena!)
Interesante lo que dice J. Estoy bastante de acuerdo. Cuando estudiaba para ser profesora pensaba mucho en eso. Por suerte no es mi vocación, si no, ¿qué carajo habría hecho esta petisita culona para domar a los dragones?
De niña me pasaba la vida jugando a las maestras con mis muñecas. Todo el mundo daba por hecho que esa sería mi profesión. Yo no. Solo era mi juego favorito.
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