viernes, 26 de diciembre de 2008

Antigüedades

A veces me pregunto por qué me gustan tanto las antigüedades.
La primera explicación obvia sería que tengo una cierta predisposición genética a que me gusten, dado que mi propio padre tenía esa inclinación e incluso alguna vez llegó a montar un negocio de antigüedades.
La segunda, menos determinista, es que existen objetos que simbolizan momentos o personas que ya no están y que yo, por algún motivo, valoro. Poseer esos objetos sería, entonces, capturar simbólicamente parte del espíritu de una época.
Tal vez sea eso (pienso) lo que me hace volver a ofertar por una vieja revista Sur dedicada a Borges (a pesar de tener ya varias pilas). Tal vez porque me gusta Borges, sí. Pero también porque esa revista representa algo que considero bello y no quiero perder.

7 comentarios:

Sk dijo...

Aunque mi simpleza sagitaria no entiende de antigüedades, a mi sol alacrán le ha encantado la idea de posesión que has escrito.

Kco dijo...

yo venero las antigüedades porque le tengo pavor al paso del tiempo y en esos objetos veo una victoria frente a la finitud.

Julián dijo...

Qué bueno, Sk.

Julián dijo...

"yo venero las antigüedades porque le tengo pavor al paso del tiempo y en esos objetos veo una victoria frente a la finitud."

Sí, creo que eso también está dando vueltas. De alguna manera lo reconozco cuando hablo de cosas que "no quiero perder".
Hay una resistencia al paso del tiempo, pero no difusa, sino enfocada en objetos por los que siento particular predilección.

Sk dijo...

Me molesta no asumir el paso del tiempo. Mucho.

Anónimo dijo...

(juli, anoche hablaron maravillas de tu plato navideño. pregunta, ¿repetís el 31?


agustín.

Julián dijo...

Sí, Agus.
Con todo gusto!