Perdón. Pero como persona que se ha psicoanalizado, lo que hago nunca es
sólo lo que hago. Y esto es lo que quiero decir. Lo que digo. Lo que grito y proclamo: nada de lo que hago o siento o pienso es sólo lo que hago o siento o pienso. Y sé que acelerar es, para mí, lo mismo que para Fangio. Sé, internamente, con seguridad, que si Fangio no hubiese sido un corredor de Fórmula uno habría sido, como yo, un homicida serial de neuronas.
11 comentarios:
Que bueno que tengas tan clara esa premisa. La gente por lo general se resiste a ella. Por esa razón el ser humano se complica tanto la vida, nos cuesta mirar nuestras propias motivaciones ocultas.
El nombre de Fangio me ha hecho recordar una escena de mi niñez, que a su vez, me ha llevado a otras. Gracias a ti, me he pasado un buen rato rememorando buenos recuerdos infantiles.
Chaos.
mmm... soy, por definición y por imperio de la realidad (amo esta frase)un ser curioso. eso de Fangio me quedó picando... ¿cuáles serán esos recuerdos, scorpiona?
Siempre quise aprender a manejar. Aunque creo que sería un peligro... pero justamente por eso me gusta tanto.
Es una tonteria e intentaré ser breve. Cuando era niña y eran fiestas en mi ciudad, en una parte se instalaban lo que aquí llamamos "barracas" o "caballitos", que no es otra cosa que una mini feria con atracciones para que los niños y mayores suban. Tiovivos y esas cosas.
Habia una atracción que a mi me encantaba y que no tenía nada de especial. Consistia en una mini circuito con coches, motos y alguna furgoneta. Los coches trataban de imitar a los deportivos y todos tenían un nombre. Había uno en dorado opaco, que yo consideraba el "mío" y se llamaba Fangio. Siempre montaba en ese y si estaba ocupado esperaba.
De mayor me enteré quien era Fangio, al que tenía por algo o alguien italiano. En los breves trayectos en ese coche, me gustaba imaginar que cuando fuera mayor conduciría otro similar, escuchando música a todo volumen.
Hace más de diez años que me saqué el carnet de conducir. Nunca me ha pasado nada pero es tal el pánico que le tengo al coche que no conduzco. Algo de lo que creo me arrepentiré siempre, porque sigo imaginándome a mi misma conduciendo un coche y escuchando música.
De Fangio pasé a recordar otros momentos similares de la infancia, en la que me imaginaba como sería mi vida y lo poco que se le parece la realidad a mis sueños.
Jijijiji.
Chaos.
Buen punto. Fangio aceleraba a su modo. ¿Habrá seguido acelerando de una forma no conocida una vez producido su retiro? En cualquier caso, cada vez me convenzo más de que en la vida hay que acelerar de alguna forma, como sea. Lo peor es el vivir no-emocionado.
Julián.
Manejar por la ruta escuchando música es alucinante.
Hace poco, mientras manejaba el auto de Michi por la ruta, yendo al Valle de la Luna, con un sol radiante, rodeado de un paisaje encantador y escuchando a los Beatles, me sentí el tipo más feliz del mundo.
Para mí manejar es la cosa más natural del mundo, quizás porque soy hombre y me prepararon para que manejar sea, justamente, la cosa más natural del mundo.
Julián.
Skorpiona:
Acá en Argentina, Fangio es uno de los más grandes ídolos deportivas de la historia. No sólo por haber sido quíntuple campeón mundial de fórmula 1, sino porque siempre fue un hombre de una conducta ejemplar. De hecho, muchos lamentan que sea Maradona y no Fangio la imagen más emblemática del deporte argentino.
Julián.
Skorpiona: esa historia es buenísima.
Gracias por el apunte, Julián. A día de hoy sé quien es Fangio y me ha sorprendido que sea rival para el omnipresente Maradona, que todo lo ocupa cuando se trata de Argentina. Siento envidia de ti conduciendo con música y sol.
Gracias Kco. Hay veces que recordar el pasado es grato.
De nada, Skorpiona.
Te invito a que hagas vos también esos mismos recorridos en auto, y que visites el Valle de la Luna en la provincia de San Juan, un lugar maravilloso. En Argentina, los españoles están en su casa.
En cuanto al tema Maradona, bueno, somos muchos los que pensamos que, más allá de haber sido el más grande futbolista de la historia, representa, al mismo tiempo, buena parte de nuestros peores defectos: mala educación, irresponsabilidad, desprecio por las normas, etc. Yo particularmente estoy harto de Maradona y de todo lo que representa. Me gusta, en cambio, lo que representa un hombre como Fangio. O Ginóbili, para ir a un ejemplo más cercano en el tiempo.
Saludos,
Julián.
La verdad es que detesto a Maradona. Me parece un completo idiota, aunque reconozco que para jugar como el lo hacía hay que ser muy inteligente.
Pero creo que hay personas MUCHO más importantes y que le pueden dar MUCHÍSIMO más orgullo a nuestro país (no hablo de deportistas).
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