sábado, 31 de mayo de 2008

Tarde, muy tarde...

Se acaban de ir mis amigos. El exceso del viernes está llegando a su final y sólo siento un poco de nostaliga. Estábamos todos ebrios, absolutamente pasados de todo, y estábamos bien. Nada estaba fuera de su lugar, a pesar de que todo parecía desencajado.
La verdad es que lo que más deseo es que sea un día de semana, que sean las primeras horas de la mañana, que yo esté pilas e irme a trabajar. De verdad. Muero de ganas por estar trabajando, produciendo, creando... ¿Estoy mal? Quizás. Pero es la realidad de hoy, siendo viernes 30 de mayo a las 2:56 AM.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

suele sucederme lo mismo que a vos. cuando termino la salida del viernes o del sabado, tengo muchas ganas de que sea lunes. pero esas ganas nunca llegan al lunes.
cuando el primer día de la semana escolar despunta, yo estoy rogando que sea viernes.
formamos parte de un circulo vicioso que no tiene fin.

Anónimo dijo...

fuck! me olvidé!

n.,

Kco dijo...

sí, tal cual, nunca llegan al lunes esas ganas. en verdad desaparecen exactamente al otro día, o sea, el sábado a la mañana :)

Anónimo dijo...

Jajaja, me hiciste acordar del libro que estoy leyendo ahora, "El mito del emprendedor" (el cuento del gordo y el flaco, ¿te acordás?)
Nunca como ahora tuve tanta conciencia de la multiplicidad de "yoes" que nos habitan.
Uno de mis alter ego, por ejemplo, es un bohemio (es el que amaba estar en un escenario, componer música y fantaseaba también con vivir en un lugar bucólico al estilo del sur argentino). Otro, un tipo muy preocupado por las injusticias en el mundo. Otro, uno que adora la disciplina y tiene ganas de hacer grandes cosas. Otro, es un holgazán consumado. Todos, en algún momento, quedan confinados en un rincón esperando el momento propicio para reaparecer. Es probable que nunca podamos matar del todo a alguno de estos personajes que alternadamente nos habitan. Sin embargo, yo ya empiezo a tener muy claro cuáles quiero priorizar. También tengo muy claro lo que tengo que hacer para lograrlo, aunque a veces el holgazán se empeña en obstruirme las cosas.
Julián.

Anónimo dijo...

Estoy enamorada de éste blog.
n.,