martes, 13 de mayo de 2008

Perdidos en nuestra subjetividad

Dos viejos amigos que se juntan y recuerdan un hecho pasado, un hecho que los tiene a los dos como protagonistas, indefectiblemente son dos locos hablando de distintas historias (incluso mediando entre ellos un manto de supuesta cordura, dado que el recuerdo que lo sustenta es en apariencia el mismo).
Pero un recuerdo no es un hecho pasado. Un recuerdo es la vivencia pretérita de un hecho pasado, donde lo menos importante es el hecho en sí.
[...]
Los recuerdos nos confinan a una melancólica soledad. Esto es así. Irremediablemente. Porque son ríos que corren por nuestro interior, llevan afluvios producidos por nosotros mismos, mezclados por nosotros y que sólo tienen sentido en nuestras orillas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi un recuerdo no es un hecho que me recuerda emociones. No lo tengo en mi memoria por la importancia de lo que sucedió, si no por lo que me produjo.
Me encanta recordar hechos pasados... supongo que debo ser una persona a la que le gusta la soledad. Y no creo que eso sea mentira: amo leer (actividad individual), me encanta quedarme pensando en cosas que para la mayoría de las personas no tienen ninguna importancia (otra actividad individual) y me gusta mucho el silencio (no es una actividad individual, pero es mejor si se hace así).
Con esto no estoy diciendo que no me gusta la compañía de las personas. Al contrario. La única compañía que me molesta, es la de las personas que no pueden entablar una conversación inteligente no porque no puedan, si no porque tienen la cabeza llena de estupideces (sonará de forra, pero es la pura verdad).

Parece que con cada nuevo posteo me analizo psicológicamente no?

=)

love,
n.,

Anónimo dijo...

* Para mi un recuerdo es un hecho que revive emociones.

=)

n.,