lunes, 26 de mayo de 2008

Otros hogares

Siento una fascinación tan grande por la existencia de Marte. Por su existencia, digo, por la cercanía y por la remota posibilidad de habitarlo. Quizás esto que me pasa es un fenómeno visual, porque básicamente me fascina ver paisajes distintos, mirar al cielo y que en lugar de ser celeste azulado pueda ser rojizo. Ver el sol desde otro punto del universo es ver otro sol.
Desde chico me atrapó la astronomía y la observación del cielo. Me acuerdo que pasaba horas mirando a través de un telescopio. Claro que entonces no vivía en Buenos Aires y el cielo era oscuro y estaba cargado de estrellas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad es que no hay nada mejor que mirar el cielo e internarse en las profundidades del mismo..
es otro mundo, otro universo..

n.,

Kco dijo...

mira ese cielo y ese sol pálido y chiquito. es muy raro.

Anónimo dijo...

¿Te acordás de aquellos días de fascinación por la llegada del cometa Halley? ¿Y del fiasco de los días nublados en Mar del Plata y el gran telescopio por el que vimos Saturno?
Creo que ahí empezó mi fascinación por la astronomía, a tal punto que en un momento pensé que sería astrónomo. Después todo fue quedando en el olvido, quién sabe por qué...
Si hay algo que echo de menos es la mirada infantil de las cosas, algo que estoy tratando de reeducar constantemente. Si no me maravillo del mundo me marchito.
Julián.

Anónimo dijo...

Ah, me olvidaba de otra cosa: la llegada del cometa en el año 86 creo que fue también mi primer contacto con la idea del paso del tiempo.
Todavía me acuerdo cuando papá me dijo: "y, pasa cada 80 años, asique si lo volvés a ver, vas a tener 90". Yo entonces tenía 10, asique la perspectiva de tener 90 me pareció realmente inquietante. También la otra opción, es decir, estar muerto. En cualquier caso, me pregunto si ese día llegará. Y, en caso de que llegue, qué sentiré. Mucha nostalgia, sin dudas.
Julián.

Kco dijo...

Sí, me recontra acuerdo. Digo, me acuerdo ahora que lo decís. Es cierto, mi fascinación por la astronomía nació con ese puto cometa que nunca vimos (ver un cometa es ver la cola; sin cola no hay cometa).
Por lo demás, llegar a los 90 debe ser algo muy triste.