martes, 6 de mayo de 2008

Hiroshima


Hoy encontré esta foto de Hiroshima luego de la caída de la bomba atómica. Visto como un acontecimiento histórico, las muertes me producen menos dolor que extrañeza. Como si el fenómeno de las muertes estuviera ya digerido y quedara el hecho histórico, como enseñanza.
Hace unos años leí un libro de De Quency, titulado "El asesinato como una de las bellas artes". En ese libro, el autor analizaba el asesinato de la misma manera que se analiza un arte, es decir, con arreglo a un montón de parámetros.
El autor, previendo el escándalo del lector, se apresuraba a decir: puestos ya frente al hecho irremediable de un asesinato, bien queda al menos su consideración en cuanto al arte. No lo decía con estas palabras, pero sí estaba implícita esta posibilidad de análisis dejando atrás el juicio de valor.
No pretendo hacer un análisis ni un juicio de valor sobre esta bomba y todos los muertos y las demás consecuencias ruinosas. Nada puedo aportarle al mundo con eso. Tan sólo quiero dejar mi impresión, mi desconcierto, al ver todos estos muertos, toda esta destrucción.
Quizás la diferencia entre esto y una cacería entre animales sea la dimensión de las fuerzas. La pulsión, creo, sigue siendo la misma.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La tristeza de las guerras, el dolor del mundo, la pena ajena, son cosas que me hacen sentir tristeza, una tristeza que es más, una angustia.
Recuerdo que de chica, me parecía tonto que alguien dijera que le dolía el corazón.
Cuando pasaron los años, entendí ese dolor, lo sentí. Y esta foto, hace que mi corazón pierda su brillo.

n.,

Anónimo dijo...

Durísima la foto. Cuando veo este tipo de imágenes me invaden dos sensaciones: por un lado, la de que este tipo de cosas son inevitables, que la pulsión de muerte está presente en nosotros y que las disputas por poder, territorios, recursos, etc., nos acompañarán siempre; por el otro, la de dolor ante la crueldad sin límites y la falta absoluta de empatía.
Creo que, más allá de nuestras pulsiones, tenemos el deber (casi diría moral) de la empatía. A veces pienso en el hecho de que estamos en este pedacito de piedra, perdido en el espacio, sin saber muy bien cuál es el origen de todo esto, para qué, etc., y bueno, a pesar de esta maldita soledad y orfandad cósmica, ni siquiera somos capaces de tratarnos con un poco más de consideración entre nosotros mismos.
Bastante dura es la metafísica de la vida como para agregarle a eso dolor físico y emocional. Triste. Creo que estas imágenes hablan de nuestra falta de sabiduría.
Julián.

Anónimo dijo...

quiero un nuevo post.

la maldita loca.,

Anónimo dijo...

Releo ese comentario después de mucho tiempo, y me doy cuenta de lo bueno que es. No recuerdo porque no le presté atención antes.
Seguro tenía la cabeza en otras cosas.

n.,

Kco dijo...

sí, es de los mejores.

Anónimo dijo...

curiosidad, cuál es el mejor?

n.,

Kco dijo...

ay, gurru, no aprendés más...