Nunca en mi vida hice dieta, pero mi culo ya no entra en la silla que tengo frente a la máquina y pensé que era momento de ponerle fin a este crecimiento nalguero. PERO EL MUNDO NO QUIERE QUE YO ADELGACE. Hace unos minutos alguien me trajo de regalo la torta de ricota más rica que se hace en este planeta. Hablo en serio, no exagero. No me gusta la ricota, pero esta torta es tremenda. Me voy a preparar más café para acompañarla.
10 comentarios:
Encima le puso dulce de leche, como a mí me gusta..
hay que ponerle ganas. no está bueno desbandarse. hay un momento en el que se impone sacar la pata del acelerador.
Cada vez me convenzo más de que la falta de voluntad no existe; lo que existe, en todo caso, es un mal anclaje.
Por ejemplo, si vos pensás en cuidarte, seguramente pensás en las cosas supuestamente feas que vas a tener que comer (o en las ricas que vas a dejar de comer). Ese es tu anclaje, entonces: el placer/displacer de la comida.
En cambio, si te desafiaras a vos misma en el sentido de si sos capaz de comer de otra forma de manera sostenida y pusieras en juego tu orgullo, seguramente los resultados serían otros. Tu anclaje, en este caso, sería el orgullo.
A mí en particular este último anclaje me resulta de una utilidad enorme.
pero es que todo es tan riiiiiiiiico...
Es verdad.
La puta madre!
"Tu anclaje, en este caso, sería el orgullo"
Orgullo, orgullo.... Mmm, orgiástico, orientación, oriental... Mmm, no, no... Definitivamente no está.
Orgullo: ¿dícese de qué, Jotita?
Che, no me gusta nada eso de Jotita, asique por favor don't call me that way.
La ricota con dulce de leche me parece una aberración.
El saber de la ricota es delicado; el dulce de leche es más invasivo que la mierda.
* sabor
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