A veces, me resulta extremadamente difícil decir "Hasta aquí llegué" en un vínculo o relación, -no necesariamente del tipo amorosa-. ¿Es un mal mío o a ustedes también les pasa?
Agrego: las otras veces corto de una, quizás hasta de imprevisto. No tengo termino medio. O tajante o dilatante hasta el punto de no llegar a hacerlo...
Mi querida Acuariana, si yo tengo un punto débil, es justamente este. Es mi gran problema en esta vida, y a día de hoy, aún no he aprendido a manejarlo. Pero bueno, en tu caso si vas de un extremo a otro, no lo veo malo. El equilibrio a veces consiste en saber cuando hay que pasarse de un lado al opuesto.
No es tan sencillo, Kco. Y eso es lo que más me molesta del asunto, porque sencillo es, pero por alguna razón algunas personas lo hacemos muy complicado. En mi claso hay una inercia. La inercia del decir que sí a todo. Esto lo veo una cuestión básicamente de temperamento, que se puede modificar, pero digamos que el primer impulso es decir a todo amén y dejarme llevar.
Y también a veces no está nada claro la ganancia que llevas. Creo que la gente que actuamos de esta forma, tenemos una buena confusión en la cabeza. Mezclamos cosas que van separadas. Yo me siento dividida ante este tipo de situaciones. Si corto me siento mal y si no corto también. Mi experiencia me dice que lo mejor es cortar de cuajo. Solo ya plantearse o intuir que cuesta romper la relación, para mí ya es indicio de que algo va mal. Solo el tiempo despues de la ruptura lo pone todo en su sitio y te sientes a gusto con la decisión.
Flow, cortar de cuajo es lo más fácil, porque no das tiempo a desarrollar más vínculos o excusas con las que mantener la situación. Una vez metida en faena, te asaltan culpabilidades, responsabilidades, compasiones y miedos.
Yo personalmente me quedo atrapada en tres cosas, la empatía, el sentimiento de estar "en deuda" y un exceso de cortesía que a veces no puedo controlar.
6 comentarios:
Agrego: las otras veces corto de una, quizás hasta de imprevisto. No tengo termino medio. O tajante o dilatante hasta el punto de no llegar a hacerlo...
Mi querida Acuariana, si yo tengo un punto débil, es justamente este. Es mi gran problema en esta vida, y a día de hoy, aún no he aprendido a manejarlo. Pero bueno, en tu caso si vas de un extremo a otro, no lo veo malo. El equilibrio a veces consiste en saber cuando hay que pasarse de un lado al opuesto.
Sk
reproduzco la repuesta que le di a mendigo en su blog:
"dos posibles respuestas:
1. inercia.
2. te da más de lo que te quita."
Sk., creo que no lo sé. Lo que sí sé es que cortar de una es lo menos molesto, pero no entiendo porqué a veces soy tan incapaz de hacerlo.
No es tan sencillo, Kco. Y eso es lo que más me molesta del asunto, porque sencillo es, pero por alguna razón algunas personas lo hacemos muy complicado. En mi claso hay una inercia. La inercia del decir que sí a todo. Esto lo veo una cuestión básicamente de temperamento, que se puede modificar, pero digamos que el primer impulso es decir a todo amén y dejarme llevar.
Y también a veces no está nada claro la ganancia que llevas. Creo que la gente que actuamos de esta forma, tenemos una buena confusión en la cabeza. Mezclamos cosas que van separadas. Yo me siento dividida ante este tipo de situaciones. Si corto me siento mal y si no corto también. Mi experiencia me dice que lo mejor es cortar de cuajo. Solo ya plantearse o intuir que cuesta romper la relación, para mí ya es indicio de que algo va mal. Solo el tiempo despues de la ruptura lo pone todo en su sitio y te sientes a gusto con la decisión.
Sk
Flow, cortar de cuajo es lo más fácil, porque no das tiempo a desarrollar más vínculos o excusas con las que mantener la situación. Una vez metida en faena, te asaltan culpabilidades, responsabilidades, compasiones y miedos.
Yo personalmente me quedo atrapada en tres cosas, la empatía, el sentimiento de estar "en deuda" y un exceso de cortesía que a veces no puedo controlar.
Sk
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