Sabiendo que jamás contestará los mails, resignado, llamo al Casino para confirmar su presencia en la cena de hoy:
Hola, está Orlando?
¿Qué Orlando?
Speranza, Orlando Speranza contesto, mientras me pregunto si habrá entonces otro Orlando en la oficina, y si no será ese el motivo por el cual a Orlando, nuestro Orlando, lo llaman Orly en su trabajo, para diferenciarlo de Orlando, el otro Orlando que también trabaja en la oficina de Personal del Casino.
No, no está, quizás hace el turno tarde hoy... no sé, nunca se sabe con Orly, no? Ja.
Me quedo callado, consentir ese chiste sobre mi amigo sería una canallada; aunque sea cierto.
OK, gracias, chau.
Espero unos minutos y llamo de nuevo. Me atiende nuevamente el impertinente
Hola, está Orlando?
Pausa de duda
Vos no llamaste recién? pregunta desconfiado
No
No, no está Orlando responde algo impaciente.
Ninguno de los dos?
Cómo? Hay un único Orlando acá...
Ok, eso quería saber, gracias.
En unos minutos llamo de nuevo. Va a aprender ese impertinente a hacer preguntas estúpidas.
4 comentarios:
Jejejeje.
Bravo Loon.
Jejeej ira a venir hoy???
Maldito Esperanza.
Amo ese sentimiento de poder que te da un teléfono.
Küsse!! (para Felipe)
Veni a dar una vuelta conmigo
Felipe
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