miércoles, 18 de julio de 2012

. jazz and freedom .

llego a casa, abro la puerta y noto que estoy sola. suspiro aliviada, voy directo a la cocina y robo una empanada del horno. subo, dejo la cartera en el escritorio y enciendo la pc. mientras prende, me quito la ropa del trabajo y me pongo algo cómodo. con una remera larga, unas calzas y pantuflas, me siento delante del monitor y abro hotmail. busco un nombre en particular y, cuando lo encuentro, hago click. leo una vez, dos, tres. cuando tengo la imagen mental creada, pongo algo de jazz. paseo por los nombres de los artistas y tomo varios temas de Oscar. subo el volumen, bajo las escaleras y pongo la pava al fuego. el piano del gordo invade la casa y me lleva sólo un par de años atrás, aunque yo siento como si fueran veinte. me veo caminar por los pasillos de una escuela, que por las noches se transformaba en conservatorio, y me río casi a carcajadas. giro, a causa del ladrido de Luli, y mi reflejo me hace frente. la sonrisa se borra y veo esos segundos de levedad evaporarse. no era libre en ese entonces, pienso. no podía escapar de las cadenas de mis padres, de la opresión, de nada. era una chica encerrada en un cuarto, perdida en mundos inventados por ella y otros. era quien no veía la hora de escapar, alguien que quería la libertad que ahora tengo. pero de qué te sirve tanta libertad si no estás segura de qué hacer con ella, Nadia, me digo. el sonido de la pava al hervir me devuelve a la realidad. pongo agua en la taza, muevo un poco el saquito de té y, mientras aguardo a esté listo, voy en busca del tarro de galletas. saco la tapa y miro hacia el interior. dos paquetes ocupan casi todo el espacio: uno con Criollitas y otro con galletas de salvado sin sal. estiro la mano para sacar el paquete de Criollitas y me detengo a medio camino. al untar queso en las galletas de salvado, sin dejar de reírme, digo en voz alta: en tu honor, Jay. pongo todo lo necesario en una bandeja, apago el fuego y guardo la leche en la heladera. cuando estoy a punto de tomar la bandeja para regresar al escritorio, escucho el inicio de All of me y me detengo. de repente todo está claro, las formas se definen y logro ver. sin aviso ni motivo explicable, siento lo que otras pocas veces: esos momento en que la duda no existe, cuando sabés qué es lo que de verdad deseás y estás seguro de que es lo correcto. aquella tarde en puerto madero en la que decidí vivir; la noche en que salí del bar, me detuve de pronto, tiré de su mano y lo besé con ganas por primera vez. feliz y plena, salgo de la cocina con la bandeja en las manos, voy al piso de arriba y me siento a merendar.

esto es lo que quiero: llegar a un lugar que sienta mío, desprenderme de las cosas del día, poner un poco de música (algunos días Oscar o Bill, a veces Floyd, tantos otros The Cure) y escribir.

el resto... Someday it will come.

7 comentarios:

n., dijo...

Gracias, nene.

Kco dijo...

muak

Anónimo dijo...

Nena, como poco puedo decir más que el someday cada día que pase estará más cerca y soy una celosa y una envidiosa, pues te mando un beso el doble de gordo que el de Kco.

Sk

Kco dijo...

Tas loca??? Compitiendo con mi beso??? Deci q estas lejos...

Anónimo dijo...

Vos no sabés de la potencia de mis besos.

Che.

Sk

Anónimo dijo...

Pantuflas!!!
Sí, cosiiiiiiita, vos sos de las mías!!!!!!!
Cómo me gustaría pantuflear con vos!!!!!!!!!!

Esperanza

Loon dijo...

Esos momentos de felicidad inesperada... buenísimo.