Los objetos que vemos, lo que escuchamos y lo que tocamos pueden ser reales, pero lo que experimentamos como realidad es una ilusión construida en nuestro cerebro.
Nuestra memoria no es de fiar: no funciona como una cámara fotográfica y, mucho menos, como el disco duro de un ordenador. Unas veces, para conseguir un recuerdo coherente, el cerebro rellena los huecos de la memoria con contenidos imaginados e irreales; en otras ocasiones, almacenamos información de forma inconsciente. A veces cuando esta información inconsciente sale a la superficie, nos parece algo maravilloso y sobrenatural...
La actitud, la emoción, la imaginación y lo vivido: todo ello influye en nuestros recuerdos. Lo cierto es que vivimos en un mundo construido por nuestro cerebro y -por nuestro bien- una veces nos muestra cosas que no están y otras, nos esconde cosas que sí están.
"El alma está en el cerebro" de Eduardo Punset.
viernes, 7 de enero de 2011
Extracto
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5 comentarios:
aunque hay distintas gradaciones entre la diferencia de lo vivido y lo recordado.
michi, por ejemplo, es un ejemplo excelente de la máxima diferencia entre ambas realidades.
:P
Me encató, SK
JAJAJAJA, tal cual Kco, yo nunca recuerdo lo vivivido como fue.
la primogénita ya debe estar a punto de tomarse el taxi, no?
Yo cada vez recuerdo menos cosas.
Sk
Kco, yo pensé que te iba hacer otro efecto este párrafo, por lo del cangrejerío, el envoltorio de la chocolatina y esas cosas.
:P
Sk
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