total y completamente. cuando fui a la cama supe que no iba a lograr dormir. hay veces que me acuesto y estoy tan jodidamente despierto que no hay forma de que pueda dejar la cabeza en blanco y dormirme. la noche está divina: fresca, con una hermosa brisa, un cielo algo estrellado y la luna que en un perfecto cuarto menguante.
hay noches que son más oscuras que otras, y no me refiero a la luz de los astros sino a la luz de la ciudad (calculo que serán los edificios circundantes los responsables de que sienta esa diferencia en cuanto a la iluminación). hoy es una noche oscura en cuanto a la iluminación de la ciudad pero no así del cielo. quizás por eso las estrellas se ven bien.
me gustaría poder captar lo que veo y subirlo. es un deseo que no se satisface con tomar la cámara y disparar. nopis. las fotos al cielo son imposibles. y también es imposible captar con una cámara la amplitud que tiene la vista humana. así que para variar, sk, esta imposibilidad me hace sentir solo.
la vecina de acá enfrente, a quien bauticé "silvia" hace mucho tiempo, acaba de salir en camisón vaya uno a saber por qué o a qué. silvia es una mujer que debe rondar los sesenta años, aunque es el tipo de mujer que a los 20 o 25 debe haber sido un camión con acoplado. así que, cómo decirlo, guarda algo de distinción femenina. además se le nota en el rostro esa dureza de las mujeres que supieron lo que estar bien buenas.
rara la sensación de vecindad que me acompaña. ella es casi mi única vecina. no lo son quienes comparten mi edificio sino que lo es ella, silvia, a pesar de vivir del otro lado de la calle, es decir, cruzando. pero a esta altura, en el octavo piso, ella y yo estamos a la misma altitud, o sea que lo que nos separa es un pedacito de cielo.
el departamento en el que yo vivo, previamente, estuvo ocupado por una señora muy mayor. como bien me imaginé al escuchar este dato, el motivo de que haya estado en alquiler nuevamente fue la muerte de la señora mayor. no cuesta imaginar que esa señora mayor, justo antes de morir, haya hecho poca vida de balcón. quizás también por eso silvia no tenía cortinas en su quinchito. así que cuando llegamos más que vecina era una suerte de concubina. una sensación muy extraña.
y debe haber sido incómodo para ella, sobre todo teniendo en cuenta que el 50% del tiempo yo me ando en pelotas por la casa y sobre todo teniendo en cuenta que yo no tengo cortinas en ninguna ventana de la casa. y digo que debe haber sido incómodo para ella porque a los pocos meses terminó poniendo cortina en su quinchito.
sin embargo es un poco fisgona. me gusta cuando la descubro fisgoneando, porque me confirma que por sobre todas las cosas su cortina indica la sucia conciencia del fisgón.
en fin, es un poco tarde para tanta elucubración.