metamorfosis

ayer tuve que asistir a dos eventos sociales: uno al mediodía/tarde con gente de mi ámbito comercial/empresarial y otro, a la noche, que era el cumpleaños de una amiga. en ambos padecí la dificultad de comunicación gracias a estar casi totalmente disfónico. qué sensación de mierda: querer hablar y que no salga la voz. sobre todo para mí, que en particular en los eventos sociales me incomoda el silencio (cuando hablo de eventos sociales, dejo de lado los encuentros en austria).

consciente de mi situación, claudiqué al intento de socializar mucho. y he ahí el quid.

soy una persona muy tímida y vergonzosa, sólo que en óptimas condiciones puedo olvidarme de ello y ser exactamente lo opuesto: desfachatado, confianzudo, gritón y barullero. pero cuando algo falta en esas condiciones óptimas, pierdo mi seguridad, me avergüenzo de mí, me quiero esconder abajo de la alfombra, no hay alfombra, no me puedo esconder, dios santo, qué coño hago acá, cuándo podré volar, no me miren, hagan de cuenta que no estoy, odio el mundo, quiero volver a mi guarida...

y así, en cuestión de segundos, me convierto en el pequeño ser.