keith jarrett en el teatro colón

la diosa fortuna se puso de mi lado y quiso que ayer fuera al colón al concierto de jarrett por invitación de un amigo de una amiga. impresionante. digo, el culo que tuve, porque el teatro estaba todo vendido.

jarrett una jodida celebridad. una diva. o está tan loco que actúa como una diva sin serlo. cuando salió al escenario se podía ver a lo lejos que se trata de un obsesivo de atar. se nos advirtió no una sino varias veces que no se podía sacar fotos ni filmar ni usar ningún artefacto electrónico que hiciera ruidos. el concierto, que es una sesión de improvisación, le demanda una concentración e intimidad que se rompe si aparecen las fotos o los ruidos.

entró al escenario, saludó y se fue atrás del escenario. volvió a salir, como si repitiera la salida inicial y advirtió que no podía sacarse fotos, se sentó y arrancó con lo suyo. una melodía algo disonante, eléctrica. en fin. 

a los 30 segundos de ejecución se detuvo, miró al público, caminó hasta el micrófono y se quejó, diciendo que  una sola foto alteraba la música. fue un shock que se cortara el show y nos hablara de esto. se volvió a sentar y arrancó con una improvisación nueva. es decir, lo que estaba haciendo antes quedó abortado. tocó diez minutos y terminó su primera pieza de improvisación.

cortamos quince minutos, bajamos a tomar una copa y al pagar me di cuenta de que me habían asesinado como nunca en la vida. se ve que a los copetudos los fajan cuando quieren llenar sus barrigas antes de volver a por más música.

volvió a tocar, paró para quejarse por el piano, dijo buenos aires, muy linda sala, millones de dólares, pero necesitan urgente un piano. el público se lo festejó con una risa, de esas risas que los públicos tienen en la punta de la boca todo el tiempo. no era buena onda lo que estaba diciendo. no había nada malo, porque el flaco es un genio y le están dando un piano que seguro no está en óptimas condiciones, pero el comentario no era agradable.

en dos intervalos hizo más comentarios sobre el piano. en otro comienzo de una pieza nueva cortó a los quince segundos y le dijo a alguien del público que por favor tosiera todo lo que necesitara ahí y así podía continuar con la música. dijo, medio en chiste, que los pianos así generaban esa necesidad de toser en el público. la gente le volvió a festejar el comentario.

a la hora y media, hora y cuarenta y cinco, terminó con un blues muy experimental. se despidió dos veces y dijo algo más en relación con las fotos, no le parecía nada copado que la gente estuviera tratando de capturar no sabía qué cosa.

un insoportable. esos que te cagan hasta un buen momento. pero más allá de que es un histérico, su propuesta musical es bárbara.