"Estamos acá para respaldar a la única persona que puede enfrentar a los fachos neoliberales en la Ciudad, encabezados por ya saben quién. Oíste Mauricio", remarcó el cantautor Horacio Fontova, ante una multitud que explotó en aplausos. Sus palabras resumieron muchas de las críticas que distintos artistas manifestaron contra el macrismo en el acto que Daniel Filmus encabezó en el Luna Park para lanzar su precandidatura por el FpV a la Jefatura de Gobierno porteño. El encuentro se caracterizó además por el constante recuerdo del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, sobre quien Filmus señaló: "Él es la única razón por la que estamos aquí para continuar con su legado de crear una patria justa".
4 comentarios:
¿Qué se le puede contestar a un profundo ignorante? Ser liberal y fascista es una contradicción absoluta. Si se es liberal no se puede jamás ser fascista. Sí en cambio es perfectamente posible ser de izquiera o de derecha y fascista.
El error conceptual es confundir al liberalismo con la derecha. La derecha es reaccionaria y conservadora en regímenes poco democráticos y verticales. El liberalismo es todo lo contrario. De hecho los liberales eran la izquierda, cuando ese término nació junto con la revolución francesa, y la derecha eran los monárquicos, es decir, los amantes del "ancien regime". Pero otra vez, qué se puede hablar con ignorantes totalitarios. Es imposible. Lo peor es que encima hay que tragarse su cinismo defensor de un delincuente que se hizo millonario en la función pública.
Igual no me sorprende. La extrema derecha y la extrema izquierda siempre se parecieron mucho en su odio a la modernidad, es decir al liberalismo y su correlato político: la democracia capitalista. Hitler y Stalin, en el fondo, odiaban las mismas cosas: una sociedad libre en donde predominaran las libertades indidivuales, la libre empresa (esto es, la iniciativa privada) y un Estado que no aplastara a los individuos.
yo, que ya me doy por derrotado (no sólo porque este gobierno vaya a continuar, sino por las decepciones de las alternativas); yo, que ya doy por descontado que este tren se da contra el paredón, me alegro profundamente de que la granada estalle en sus propias manos y no en manos ajenas.
me la suda que después culpen a otras circunstancias.
sí, yo también me amparo en ese refugio, ese error garrafal de esta tilinga.
se pierde la oportunidad de irse y que la extrañen.
Publicar un comentario