lunes, 5 de julio de 2010

Anoche...

12 de la noche, minutos después de haberme acostado, suena el teléfono. Kari se levanta y atiene.

-Hola?… Sí, soy yo…
Quién es? –le pregunto.
La Policía –me contesta.
Cortá.
Corta.
Suena de nuevo el teléfono. Atiendo.
-Hola (con una voz de ojete tremendo)
-…Buenas noches, caballero, llamamos de la comisaría 23 para…
-Qué quiere?
-Tenemos un auto secuestrado, dos individuos que perdieron la conciencia pero antes de ello dejaron el nombre de Karina y este número telefónico…
-Quiénes son esas dos personas?
-Permanecen no identificados, por ahora NN.
-Bueno, si son NN entonces no le voy a dar ninguna respuesta.
-Caballero, entonces enviaremos un patrullero a su domicilio a labrar un acta por no querer dar información.
-Ustedes pueden venir. La puerta no se las voy a abrir.
Corto.
Corto y sueño toda la noche historias violentas. Me veo entrando intempestivamente en casas ajenas, gritando y maltratando a todo el mundo.
Me despierto tensionado, con el instinto animal asesino a flor de piel.

3 comentarios:

Julián dijo...

"-Bueno, si son NN entonces no le voy a dar ninguna respuesta.
-Caballero, entonces enviaremos un patrullero a su domicilio a labrar un acta por no querer dar información."

jajaja, pero qué infantil que es esto. No pueden ser más estúpidos.

Anónimo dijo...

¿Pero la llamada pasó de verdad? ¿Era una broma o qué?

Sk

Kco dijo...

es en extremo cierto.