El artículo femenino
la toma obligatoriamente la forma
el cuando se antepone a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica (gráficamente
a- o
ha-), con muy pocas excepciones (
→ 2.3); así, decimos
el águila, el aula o
el hacha (y no
la águila,
la aula o
la hacha). Aunque esta forma es idéntica a la del artículo masculino, en realidad se trata, en estos casos, de una variante formal del artículo femenino. El artículo femenino
la deriva del demostrativo latino
illa, que, en un primer estadio de su evolución, dio
ela, forma que, ante consonante, tendía a perder la
e inicial:
illa >
(e)la + consonante >
la; por el contrario, ante vocal, incluso ante vocal átona, la forma
ela tendía a perder la
a final:
illa >
el(a) + vocal >
el; así, de
ela agua >
el(a) agua >
el agua; de
ela arena >
el(a) arena >
el arena o de
ela espada > el(a) espada > el espada. Con el tiempo, esta tendencia solo se mantuvo ante sustantivos que comenzaban por /a/ tónica, y así ha llegado a nuestros días
1 comentario:
Interesante.
Durante buen tiempo me pregunté por qué carajo se decía "la arena" y no "la agua". Ahora queda claro.
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