Gustave Flauvert escribió una novela con el nombre que lleva este post. Fue a mediados del 1800. Y debo decir que el título me parece muy sugestivo, por cuanto hay de cierto en esto de la necesidad de una educación sentimental. Al menos para el hombre, que parece haber sido provisto por la naturaleza de menos intuición.
Causa ternura ver el amargo peregrinar de su protagonista. Aunque una ternura menos trágica que la que puede generar otro de sus grandes personajes, Madame Bovary. Es una novela que invita a ser leída. Tiene de todo: historia, arte, bohemia, las calles de París...
Un mundo de ensueño...
5 comentarios:
arte, las calles de Paris...
con eso ya me convenciste =)
lo agrego a mi lista de libros para leer, que cada dia se hace mas larga.
me encanto el post, as usal.
love,
n.,
Hermosa novela. A los puntos que marcás le agregaría uno más referido a política, dado que la historia transcurre durante la segunda revolución. Inolvidable la escena en donde la chusma irrumpe en el palacio real. Yo no sé si Flaubert era monárquico, pero el desprecio que le genera esa gente es tremendo.
Dos cosas más para destacar:
1. El rol del azar en el curso de las cosas. Ese encuentro trunco de Frederic con madame Arnoux porque se enferma uno de sus hijos, genera un desvio de camino que termina haciendo naufragar la relación.
2. El maltrato de Federico hacia la chica de su pueblo, perdidamente enamorada de él. Creo que ésa es una muy buena lección para los cándidos: amar mucho a alguien no nos hace merecerlo. El amor de alguien no se merece. Al menos no en esos términos.
Muy bueno el blog.
Julián.
Sí, tal cual, es un "detalle" nada menor. Esa cuestión política es una frutilla en el postre. Y ni siquiera; es la frutilla y es el postre también.
No cuesta suponer que él apreciaba más la delicadeza de la monarquía que las groseras formas de la revolución.
Por mi parte, desprecio las groseras formas de la vida.
Hola n.!!!!!!
Sk
qué hacés contstando un año después esto, demente??!!
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