sábado, 26 de mayo de 2012

Hace un rato prendo la guitarra para tocar y me encuentro con un sonido thrashero escandaloso.
Pienso "¿qué es este descontrol?", miro las perillas y tengo la de high en 5, o sea a mitad de camino, lo cual es suficiente para empezar a escuchar ese sonido cortante y filoso del thrash, sobre todo porque yo soy de los que gustan de graves al mango y pocos medios (y casi nada de agudos).
Pienso dos segundos y me digo: "Silvia". Silvia es la chica que viene a limpiar una vez por semana a Austria, desde que mi abuelo ya no está.
El hecho demuestra el nivel de detalle con el que Silvia limpia, porque para mover una perilla del ampli hay que haberla repasado muy bien.
Pero más allá de eso, me doy cuenta de que me molesta que me lo toquen. Es algo muy personal el ampli, y el setup más aún (además de que yo soy un tipo de por sí quisquilloso).
En fin, tengo un nuevo integrante para la lista de objetos vedados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La próxima vez que vaya a Austria, no voy a parar de tocarte todas las perillas. Mucho agudos y medios y nada de graves.

Julián dijo...

No te hagás el vivo!