Así se llama el último libro de cuentos de Guillermo Martínez. Lo compré ayer en Yenny, siguiendo un impulso muy parecido a otros impulsos. Recién, en la oficina, leí dos de los once cuentos que conforman el libro. El primero me dejó triste; el segundo me horrorizó.
He dejado el libro sobre el escritorio, boca abajo, a cierta distancia; cuando lo miro de reojo, se me hace que un objeto maligno.
1 comentario:
ahondá un poco en la tristeza y el horror.
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