Lo peor de Virgo

Signo de tierra regido por Mercurio, mutable y femenino. Su símbolo es la virgen.

Lindezas carácterísticas: Contención, convencionalismo, detallismo excesivo, escepticismo, estancamiento, hiperracionalismo, hipocondría, incredulidad, orden estricto, parcialidad, restricción, sentido hipercrítico, secundariedad.

Frase favorita: Permítame que le corrija.

Lema: La vida es breve, y además, no hay nada colocado en su sitio.


Nacido para sufrir


El signo que asegura que no existen los granos de arena, sino sólo las montañas, a cada cual más grande e imposible de escalar, es Virgo. Él no entiende la existencia sin esos pequeños problemas cotidianos que nos amargan el día a día. Si por H o por B, su vida es más bien cómoda y tranquila, concentrará sus energías en arreglar y solucionar los asuntillos del prójimo. Lo malo es que, probablemente, no resolverá nada, porque entre sus deportes favoritos se cuenta el hacer uso de una lengua muy larga, con muchas horas de cháchara que gusta de criticar a diestro y siniestro.

Pero no actúa por maldad, lo hace porque es un individuo altamente puntilloso para todo. Por ejemplo, como no soporta la suciedad, es capaz de ver una pequeñísima mancha en un pantalón recién lavado, donde nadie más la puede ver aunque goce de una vista espléndida. En sí mismo, este ejemplo no dice gran cosa. Lo que ocurre es que incidentes como este pueden suceder todos los días –y no una sola vez por jornada- de todas las semanas de su vida. A esto hay que añadir que, en caso de que haya sido otra persona la que haya hecho la colada, la pelea puede ser monumental, porque, claro, si malo es que a uno le salga sucia la ropa, ¿cómo no va a ser peor si le pasa a los demás, que no están, ni mucho menos, tan preparados ni son tan eficaces como él?

El otro punto débil de Virgo es su salud. Normalmente, no es raro que esté permanentemente enfermo o, cuando menos, algo tocado, sobre todo de los nervios, que parecen poseer vida propia de su cuerpo. Pero si es que tuviera la maravillosa suerte de gozar de una salud excelente, se inventará esta o aquella enfermedad, creerá que se encuentra aquejado de tal o cual padecimiento y, por supuesto, procurará acudir al médico al menos una vez por semana porque, ya se sabe, cuando se está malo se debe ir a dar la lata al médico.

La denominación Virgo, no quiere decir que la persona nacida bajo su influencia sea necesariamente virgen. Pero sí se da la circunstancia de que los Virgos son especialmente mojigatos, conservadores y hasta pusilánimes en lo que a su vida sexual respecta. Tampoco quiere decir que no les gusta la práctica del sexo, pero seguramente preferirán cualquier otro placer de la vida a ése. Si alguien conoce a un Virgo con una sexualidad desbordante y plena, tenga por casi seguro que es un Virgo “reconvertido”, es decir, que ha profundizado plenamente, en su propia personalidad, se ha enfrentado a ella y ha conseguido domesticarla en su beneficio… y en el de todos los demás.

Posibles Virgo de ficción: Alicia (“Alicia en el País de las Maravillas”), Carrie, Frodo y Bilbo, Hércules Poirot, Mary Poppins, Miss Marple, Pato Donald, Penélope (mujer de Ulises).

Lo peor de Virgo con…

Virgo-Aries

Absolutamente incompatibles y sin posibilidad alguna de congeniar mínimamente. Aries no soporta de ninguna manera el carácter hipocondríaco, metódico, hipercrítico y conservador de Virgo, y Virgo detesta a Aries en su integridad física y mental. ¿Seguimos? En la cama es prácticamente imposible que puedan coincidir dos individuos de estos signos, y si alguno sabe de hijos nacidos de esta combinación zodiacal acháquelo, sin duda alguna, a una noche de borrachera o a cualquier otra circunstancia imprevisible del azar.


Virgo-Tauro

En principio se han de llevar bien. Como Tauro es pesadísimo por sí solo, podrá soportar mejor las quisquillosas maneras de Virgo. Quizá la relación funcione basándose en las proposiciones permanentes de Virgo (casi siempre temas domésticos, de limpieza y salud) y la tranquilidad y paciencia de Tauro para sobrellevarlas. El problema surgirá cuando Virgo, tan nervioso él, no pueda más con la falta de movimiento de su compañero. Y Tauro, aunque parezca mentira, también sabe desesperarse, perder la paciencia y estallar, lo que, cuando se da el caso, le hace parecer una bomba de neutrones. En la cama es, seguramente, donde más precisa mantener a buen recaudo sus nervios el nativo de Tauro. Sus hijos suelen tener un espíritu más combativo que sus padres, quizás por rebeldía.


Virgo-Géminis

Como dice un viejo refrán: “Quien mejor cosa no tiene, con su mujer (o con su marido) se entretiene”. Es perfectamente aplicable a esta curiosa combinación, en la que se les va la fuerza por la boca a ambos componentes de la misma. Géminis propone y propone, y Virgo critica y dispone. Finalmente, si Géminis, haciendo un soberano esfuerzo de humildad, se somete a la “sabiduría” de Virgo, la cosa puede funcionar medianamente, es decir, se llevarán bien, pero no será el “Aleluya” de Haendel. En la cama más de lo mismo: Géminis querrá así, Virgo dirá asá, y si Géminis toma las debidas posiciones en función de asá, la cosa volverá a ir tirando para adelante, pero sin banda de música. Sus hijos, si es que los hay, si quieren mucho cariño mejor que se miren al espejo y se den besitos.


Virgo-Cáncer

Puede ser una relación perfecta, interminable e idílica, siempre y cuando Virgo encuentre el mecanismo para canalizar su sexualidad sin cortarse y que no tenga la más mínima duda sobre la fidelidad de su pareja. De lo contrario, probablemente pondrá tierra de por medio aunque rompa el corazón de su amado cangrejo, y de paso, le guste o no reconocerlo, el suyo propio. Los hijos de esta relación serán muy listos, incluso demasiado, pero pueden resultar repipis, charlatanes y un poco cargantes para sus compañeros y profesores.


Virgo-Leo

Chocante es el mínimo calificativo que puede otorgarse a esta pareja, que si llega a funcionar será porque Virgo, haciendo un esfuerzo sobrenatural, se atreva a sacrificar todos sus valores más arraigados y elementales, y se de a un tipo de masoquismo muy pasivo, mezcla de pleitesía y de impotencia. Pero como esto es casi inimaginable, mejor que si pretenden disfrutar de un encuentro amoroso, en vez de en una cama lo hagan en mitad de un prado, por si hay que escapar corriendo. Sus hijos suelen ser inmaduros.


Virgo-Virgo

Debería ser perfecta esta relación, ya que sus componentes son tan perfeccionistas, meticulosos, putillosos y, además, todo lo hacen bien. Pero parece ser que aquí el conflicto surge precisamente por eso mismo, porque se hacen una especie de guerra por ver quién es el mejor. No son nada dados a reconocer lo que su pareja sabe hacer bien, y, mucho menos, si lo borda, pues, aunque no son avariciosos, sí son envidiosillos. En la cama tienen que aprender a ganar en seguridad para llegar a algo más que a repetir cosas como: “No, así no”. “No, por ahí no”. “Pero, ¡¿Así quieres hacerlo?!” Sus hijos padecen del sistema nervioso y ven lucecitas de colores cuando se echan a dormir.


Virgo-Libra

Aunque se llevan bien y en su relación no suele haber sobresaltos, a Virgo le saca de sus casillas el carácter tan pasivo de Libra, sobre todo a la hora de tomar decisiones domésticas, como pintar el techo o arreglar un enchufe. Finalmente tampoco llega la cosa a más, pues Virgo hará de pintor, de electricista y de lo que menester fuera. En la cama, no suelen tener muy claro si prefieren practicar el sexo y dormirse después, o si prefieren dormirse sin más y… mañana será otro día. Pero eso tampoco es un obstáculo en su felicidad, pues en esta vida hay otras cosas importantes además del asunto de la entrepierna. Sus hijos estarán limpios como los chorros del oro, y sanísimos, ya que serán, sin ningún género de duda, los niños de su colegio, de su barrio, y puede que hasta de su ciudad, que más a menudo visiten al médico ante el menor síntoma “sospechosos”.


Virgo-Escorpio

Mucho, pero mucho sex appel tiene que haber de por medio, para que esta relación no tarde en acabar como el rosario de la aurora. Como Virgo es reprimido, constreñido, inhibido y muy estrecho de miras, Escorpio habrá de vérselas y deseárselas para sacarle jugo a su pareja, cosa poco probable conociendo al escorpión, que no se caracteriza precisamente por su paciencia a la hora de satisfacer sus apetencias venéreas. De este modo, si finalmente llegan a coincidir en la cama, Virgo descubrirá un mundo nuevo, como dice la canción, mientras que, a la hora de bajarse de dicho mueble, Escorpio se sentirá vícitima de una carga imprevista y muy pesada, de la que luchará por deshacerse de inmediato. Sus hijos tenderán a ser demasiado críticos para con sus padres.


Virgo-Sagitario

Buena combinación, pero siempre que como tal se entienda el tener permanentes discusiones, pegarse gritos constantemente, echarse cosas en cara de continuo y animar los grises días de sus vecinos. Por lo demás, conviene que estas personas se eviten por sistema, pues sus códigos morales son absolutamente diferentes. Sagitario precisa de espacios abiertos, mucha gente alrededor y no puede pensar en desperdiciar sus días al lado de un Virgo histérico y ansioso, cuya meta es tener los azulejos más brillantes y el cuarto de baño más higiénico de todo el vecindario, o el coche mejor lavado y resplandeciente de toda la ciudad. Por su parte, Virgo, tras la primera impresión, descubre en Sagitario un ser fútil y vacuo que sólo quiere hacerse el interesante, disfrutar a tope y ligar con cualquiera que no sea su pareja. En la cama se lo pasarían mejor un par de perchas usadas. Si tuvieran hijos, éstos padecerían pesadillas sin cuento, gritarían en sueños o serían sonámbulos.


Virgo-Capricornio

Sería una pareja muy feliz, si se ahorrasen tantas críticas el uno al otro. Virgo quiere que todo el mundo sea perfecto y, mucho más aún, que lo sea quien con él se acuesta. Capricornio, que también es muy crítico, sin embargo suele acabar con grandes dolores de cabeza por lo repetitivo del discurso de su pareja, y suele irse a la cama a dormir tempranito por ver si se le pasa el malestar. Total, que para cuando Virgo se va a acostar, Capricornio ya se ha levantado… y vuelta a discutir. Los hijos tienden a ser nerviosos e hiperactivos, casi rozando la histeria.



Virgo-Acuario

Tanto para Acuario, como para Virgo, es una de las peores parejas posibles que pueden elegir, vaya, como intentar mezclar agua y aceite o recoger aire con un plato. El carácter inquieto y díscolo de Acuario exaspera y pone nerviosísimo a Virgo, que es el signo más inmovilista y conservador del Zodíaco, mientras Acuario se siente abrumado por la intransigencia y el carácter retrógrado (con perdón) de Virgo. La cosa aún puede complicarse mucho más todavía si nacen hijos de esta relación, y que, según el entender de Virgo, serán de su exclusiva incumbencia tanto desde el punto de vista de la educación como de la salud y hasta del afecto, y mirará con muchos celos e inquietud que Acuario se entrometa. En lo tocante a la cama, en este caso, mejor cerramos la puerta de la alcoba y salimos corriendo de puntillas.


Virgo-Piscis

Una relación como para volverse loco, vamos, de manicomio puro y duro. Virgo, armado con su escoba de barrer, increpa a Piscis y le insulta llamándole zoquete y patoso, entre otras lindezas. Piscis escapa a la primera oportunidad y se esconde en el cuarto trastero… y así cada día, casi sin variaciones. Para Virgo, iniciar una relación con Piscis es como escalar el Himalaya calzando chancletas, y Piscis está condenado a no entender a Virgo, entre otras cosas, porque su voz va subiendo de tono hasta convertirse, rápidamente, en un chirrido estridente y de todo punto ininteligible. En la cama probablemente no pasará nada de nada, ya que casi con toda seguridad que uno de los dos (no es difícil imaginar cual) esté permanentemente castigado, durmiendo en la bañera. Sus hijos son unos bichitos rarísimos, ya que piden a gritos ser enviados a un colegio internos.