domingo, 14 de junio de 2009

. disfraz para bariloche .

18 comentarios:

n., dijo...

Sin la hojas doradas en la cabeza...

Flowers dijo...

Me encanta.

Flowers dijo...

Igual, ¿disfraz de qué? Eso se parece al vestido que yo usaría para andar en esta primavera/verano que viene.

Quiero decir, sin las hojas, la idea de disfraz desaparece y pasa a ser un vestido cotidiano.

n., dijo...

Estoy de acuerdo, Flowers.

n., dijo...

Sería disfraz de griegas...
Bah, de griega, porque cada una tiene su disfraz.

n., dijo...

Aunque si vamos a ser sinceros, las griegas no se vestían así...

Flowers dijo...

En fin, lo importante es que van a estar muy churras... Es una buena elección.
Per por las dudas asegurate de que Esperanza no ande por el sur en esos días. Salvo que quieran verse envueltas todas las griegas juntas en una orgía dionisíaca con Orlandito.

n., dijo...

Yo creo que si ese hombre va a bariloche se muere de un paro cardíaco. Demasiadas cositas juntas.

Flowers dijo...

Jaja, es verdad. Se muere con el mástil rigidísimo por sobredosis de viagra.

Flowers dijo...

Che, ¿van con un acompañante adulto o sin él?

n., dijo...

Acompañantes, dos. Somos 34 los que viajamos, por eso.

n., dijo...

"Se muere con el mástil rigidísimo por sobredosis de viagra."

jajajajaja.

Sk dijo...

Pero morirá feliz :D

Flowers dijo...

Yo desde ahora le estoy llenando la cabeza a mi sobrina de ocho años para que me lleve de acompañante de su futuro viaje. Creo que cuando tenga 32 años voy a estar feliz rodeada de pendejos de 17 con las hormonas inquietas.

;D
...je, picarona...

Sk dijo...

Yo ni loca. He tenido idealizada mi adolescencia hasta hace relativamente poco. Ahora lo veo como un periodo terrible. No me gusto nada de adolescente y lo proyecto con ellos.

Anónimo dijo...

Vos no sabés qué linda sensación la del mástil rigidísimo.

Esperanza

Flowers dijo...

Creeme que yo conozco mucho más que vos la sensación de disfrute que puede dar un mástil rigidísimo.

Flowers dijo...

Espe:
cuando n. vuelva de Bariloche le pido el vestidito prestado, ¿querés?